lunes, 6 de mayo de 2013

Las emociones y la apreciación

Para esta segunda clase, leímos el texto: “Emoción y Valor Estético” de Jesse Prinz, donde se aborda el fenómeno de la apreciación argumentando que es un fenómeno exclusivamente emocional.

Tengo varios problemas con esto, el primero es que Prinz haya excluido el hecho de que el cerebro también tiene actividad en lugares diferentes a los relacionados con las emociones, es decir que dejó por fuera parte de la evidencia para ayudar su tesis, muy mal hecho a mi forma de verlo. El peligro con esta afirmación es que nuestro cuerpo reacciona a muchas cosas, ya que las emociones no son lo único que nos afecta, entonces es importante saber que la apreciación si tiene factores emocionales, pero también tiene procesos cognitivos detrás, así se logra una apreciación mucho más lógica que simplemente argumentar con emociones.

Esta posición trata al arte y a todo lo que es estética como si fuera simplemente un vehículo para afectar el cuerpo, como si no hubiera nada para comunicar. Esta postura es, de hecho, la postura más popular entre la gente, pues es mucho más fácil tratar el tema de esta manera a adentrarse en la importancia de la comunicación o crítica que se puede lograr con una buena obra.

Entonces, ¿Qué se considera como una buena obra según esta postura? Es difícil, pues sin duda me di cuenta que yo hacía parte de esa postura emocional de la apreciación. Pero de la clase lo que pude extraer fue que la obra no se puede quedar en el impacto inicial, o que sea simplemente bonita, estéticamente agradable, sino que también se vea que el artista no solamente es técnicamente muy hábil, si no que tiene algo en la cabeza, que tiene cosas interesantes para comunicar con su obra. Esto significa que la obra no necesariamente tiene que ser estéticamente agradable para ser buena, el fondo de la obra, lo que se encuentra detrás es lo verdaderamente importante.

Encontrar un equilibrio entre lo emotivo y lo racional.

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