lunes, 6 de mayo de 2013

Introducción


Mi nombre es Mateo Álvarez, soy estudiante de segundo semestre de publicidad en la universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá.

El siguiente blog cumple la función de una bitácora de las clases que recibí de Teoría Estética I en el semestre comprendido entre Enero y Mayo de 2013. Presentaré pequeñas reflexiones acerca de cada tema que se trató y me ayudare dentro de lo posible con recursos audiovisuales.

Sobre la necesidad de la estética


Esta primera clase se construye alrededor del texto de Adolfo Sánchez Vásquez “La necesidad de la estética; el objeto de la estética” en el cual se aborda la estética desde  5 puntos de vista (1) El artista, (2) El Crítico, (3) El historiador, (4) El espectador cultivado y (5) El espectador ingenuo.

Entonces, definimos la estética en principio como una reflexión teórica sobre el arte y después como una reflexión teórica del gusto. Es importante aclarar que hablamos de arte como una manifestación artística cualquiera, cuya legitimación como Arte es definida por la comunidad (conformada por los 5 diferentes puntos de vista)

Para completar el tema tratado vimos tres videos, me gustaría resaltar dos. El primero es un reportaje en donde se le entrega un lienzo a un grupo de niños que, naturalmente, juegan con la pintura y sus manos para pintar. Una vez han terminado, la reportera toma el cuadro y lo expone en una feria de arte muy famosa en España llamada Arco... Y este es el resultado:


 

El segundo es un experimento donde Joshua Bell, un violinista brillante, interpreta una de las más complicadas piezas en uno de los más caros violines, pero, lo hace en una estación de metro en donde la gente, apurada por sus actividades, casi que lo ignora completamente.





Respecto al primer video, todo espectador quien se lanzara a dar una opinión del cuadro son sin duda espectadores ingenuos, nisiquiera preguntan quién es el autor y empiezan a lanzar pensamientos. Y sobre el segundo video solo concluyo que se tiene que ser un espectador cultivado, un conocedor para poder reconocer el arte en contextos inesperados. Si, es fácil reconocer el arte por ejemplo en una galería o exposición, porque para eso han sido creadas, pero un espectador tiene que reconocer el arte bajo cualquier contexto si es conocedor.

Por último, me gustaría resaltar una frase que expusimos en clase: “El gusto es más subjetivo entre menos se sabe de arte”. De acuerdo, como lo vimos en el primer video, es totalmente cierto que entre gustos no hay disgustos, y que pueden haber tantos gustos /opiniones como personas, pero el gusto puede educarse, y así las opiniones que se pueden dar sobre algo son lógicamente más completas y por supuesto mucho más deseables, entonces es importante no quedarnos en la ingenuidad y volvernos ese espectador cultivado, a través de la lectura y el conocimiento de diferentes tipos de arte.

Personalmente, creo que me encuentro algo así como entre el espectador ingenuo y el cultivado, ya que no conozco mucho sobre arte, pero tomé esto como una invitación a cambiar ese aspecto, ya que nunca antes me había preocupado por hacerlo.

Las emociones y la apreciación

Para esta segunda clase, leímos el texto: “Emoción y Valor Estético” de Jesse Prinz, donde se aborda el fenómeno de la apreciación argumentando que es un fenómeno exclusivamente emocional.

Tengo varios problemas con esto, el primero es que Prinz haya excluido el hecho de que el cerebro también tiene actividad en lugares diferentes a los relacionados con las emociones, es decir que dejó por fuera parte de la evidencia para ayudar su tesis, muy mal hecho a mi forma de verlo. El peligro con esta afirmación es que nuestro cuerpo reacciona a muchas cosas, ya que las emociones no son lo único que nos afecta, entonces es importante saber que la apreciación si tiene factores emocionales, pero también tiene procesos cognitivos detrás, así se logra una apreciación mucho más lógica que simplemente argumentar con emociones.

Esta posición trata al arte y a todo lo que es estética como si fuera simplemente un vehículo para afectar el cuerpo, como si no hubiera nada para comunicar. Esta postura es, de hecho, la postura más popular entre la gente, pues es mucho más fácil tratar el tema de esta manera a adentrarse en la importancia de la comunicación o crítica que se puede lograr con una buena obra.

Entonces, ¿Qué se considera como una buena obra según esta postura? Es difícil, pues sin duda me di cuenta que yo hacía parte de esa postura emocional de la apreciación. Pero de la clase lo que pude extraer fue que la obra no se puede quedar en el impacto inicial, o que sea simplemente bonita, estéticamente agradable, sino que también se vea que el artista no solamente es técnicamente muy hábil, si no que tiene algo en la cabeza, que tiene cosas interesantes para comunicar con su obra. Esto significa que la obra no necesariamente tiene que ser estéticamente agradable para ser buena, el fondo de la obra, lo que se encuentra detrás es lo verdaderamente importante.

Encontrar un equilibrio entre lo emotivo y lo racional.

Creación como reconfiguración

Esta tercera clase la construimos a partir de la lectura “Creación como reconfiguración: El arte en el progreso de la ciencia” de Catherine Z. Elgin. Donde se muestra como el avance en el conocimiento no se da a partir de conocer algo nuevo necesariamente, si no de tomar lo que ya se tiene y reconfigurarlo para crear algo nuevo.

Se exponen 4 modos de reconfiguración en el texto: Reordenación, Metáfora, Ejemplificación y Ficción.

Pienso yo que es importante la posición que expone Elgin, pues el proceso de creación abordado desde este punto de vista queda más claro. Cualquier reconfiguración no necesariamente crea nuevo conocimiento, pues es crucial para que sea considerado como reconfiguración que esta tenga un fin pragmático.

El modo de reconfiguración que para mi sobresale, específicamente por el hecho de que estoy estudiando publicidad, es el de la ejemplificación, la cual es bastante utilizada en la publicidad. Consta en enfatizar sobre una característica de un elemento y engrandecerla con la ayuda de otro elemento. El primer ejemplo que viene a mi cabeza es el de los detergentes aquí en Colombia, no me parece que estén tan bien hechos y probablemente ya no funcionen, pero por ejemplo está este: 




Tal vez también la ponderación, que es la enfatización sobre una característica de una elemento, como un zoom por así decirlo, sea importante en la publicidad, en primer lugar pienso en la publicidad de Coca-Cola, que enfatizaron en el punto de la felicidad que produce destapar su producto al extremo de que sus campañas son basadas en esa premisa, y definitivamente les está funcionando...

Sobre la belleza

La belleza es un concepto histórico, es decir, cambia con el tiempo. En Grecia, la belleza estaba dividida en dos partes: El Kalos o la belleza meramente física y el Agathos, el cual era la belleza del ser, lo bueno. Con el ejemplo de Helena de Troya, se puede evidenciar que el Agathos es más importante a la hora de decir qué es bello y qué no lo es, y aunque a través de la historia eso ‘bueno’ ha cambiado, aún hoy en día es esa belleza interior la que en realidad es importante, en el mayor de los casos quizás...

En la clase nos mostraron un video de una campaña de Dove, donde se muestra el proceso de transformación que una modelo sufre desde que le toman la foto hasta que es expuesta, he aquí:
 

Ver cosas como estas es difícil, aunque los cánones de belleza Kalos actuales parecen seguir basándose en la proporción, armonía y delgadez, me parece que se están llevando al extremo, para mi, sigue siendo más importante el Agathos, eso que voy a encontrar una vez conozca bien a la otra persona. Los juicios que se den a partir del Kalos van a ser muy superficiales, y lo físico en realidad pasa a un segundo plano una vez se decide involucrar en una relación de cualquier tipo.

La belleza en el arte suele ser mal entendida, pues, si una obra aparenta una gran dificultad en su elaboración se asume que es bella, una vez más centrándose en esa belleza física, que en muchos casos, puede llegar a ser opacada por lo que se encuentra detrás, tal vez una crítica o la simple comunicación de algo. Por ejemplo, me gusto mucho que hiciéramos el paralelo en clase entre las obras de Warhol y de Lichtenstein, quienes siguiendo una misma corriente, logran cosas muy distintas con su obra.
"LAdies and Gentleman" de Andy Warhol


















"I can see the whole room! ... And there's nobody in it!" de Roy Lichtestein

Warhol, por un lado, convirtió su arte en un producto, aunque el pop art muchas veces intentaba acercar el arte a la cultura popular, el convirtió su obra en algo que ya deja de comunicar y se centra simplemente en vender. Mientras que Lichtestein no solamente es impresionante en su técnica (el puntillismo, muy difícil en mi opinión) sino que también tiene cosas muy interesantes que comunicar, por ejemplo, en la pintura expuesta arriba, según entiendo y he leído, hace una referencia a la abstracción, pues es como si el personaje del cuadro estuviera abriendo esa compuerta y mirando al espectador, y aunque puede ver toda la habitación, afirma que no puede ver a nadie adentro.

Personalmente, yo hacía parte de las personas que pensaba que una obra de arte es bella muchas veces por la dificultad de su elaboración, pues los criterios de juicio que había formado en mi vida se basaban mucho en la técnica y cómo era utilizada. Ahora que se me ha presentado una nueva manera de apreciar el arte, siento que, aunque no tenga completamente claro lo que me gusta, ni qué tipo de arte es la que más me gusta, puedo apreciar de manera más completa una obra por su valor estético.

Sobre la fealdad

La fealdad, así como la belleza, también es histórica, por ejemplo, Tomás de Aquino catalogó la desproporción como fealdad, siguiendo la línea de pensamiento griego, y Karl Marx habló sobre cómo el dinero anula la fealdad, una postura fuertemente criticable, creo yo. En muchos casos, como en el de Carlos II, los duques eran admirados por su cargo, mas no por su apariencia, y aunque fueran feos eran apreciados como bellos por su posición social. He aquí su retrato:

Retrato de Carlos II el hechizado


Algo que si es muy cierto es que lo que hoy es feo seguramente después no va a serlo, por ejemplo, el tener tatuajes de alguna manera sigue siendo visto como algo desagradable, por lo menos para un grupo de personas grande, pero progresivamente más personas están aceptando y hasta tatuándose. Yo, por ejemplo, pienso que los tatuajes son estéticamente agradables, tal vez no en cantidades exageradas o con tatuajes demasiado ostentosos, pero uno que otro tatuaje se ve bien. Está el caso de Cain, el joven bogotano que quiere parecerse al diablo, o las personas que se hacen expansiones en los lóbulos de las orejas, nariz y boca hasta puntos extremos:


A mi me parece que se ve desagradable, pero acepto que hay muchas personas que lo están haciendo ahora, y tal vez en unos años eso ya pase de ser feo a ser algo bello.

Por otra parte, en el arte también pasa exactamente lo mismo. Por ejemplo, como expone Gombrich en su texto “Arte e Ilusión”, la obra de John Constable “Wivenhoe park” fue presentada, por error, junto con más trabajos de otros estudiantes a un grupo de profesores de la real academia de las artes, estos al ver el cuadro lo rechazaron porque utiliza una paleta de colores más vivos y alegres a los que los artistas de esa época estaban acostumbrados a utilizar, respondieron despectivamente “quítame ese verde asqueroso de enfrente”. En mi opinión, Wivenhoe Park es un cuadro muy bueno, que presenta ese paisaje de manera amena y cálida, estéticamente agradable. Así se puede ver como también en el arte la fealdad cambia con el tiempo.













"Wivenhoe Park" de John Constable

Bibliografía
Gombrich, Ernst. “Arte e ilusión: estudio sobre la psicología de la representación pictórica”, Editorial Delate, Madrid, 1997, Capítulo 1 “ De la luz a la pintura”.

Sobre las normas del gusto

Se estructuró la clase a partir de la lectura “Sobre las normas del gusto” de David Hume, quien intenta solucionar la aparente contradicción entre los siguientes puntos:
  • La subjetividad del gusto
  • La objetividad del gusto
Es cierto que pueden haber cuantos gustos como personas, y eso tiene que ser respetado, pero también hay unos mínimos puestos por la conciencia común ya que no todo es válido.

Entonces el autor propone 5 criterios mínimos para desarrollar un buen gusto:

  1.  Plenitud corporal
  2.  Plenitud mental
  3.  Experiencia
  4.  Conocimiento
  5. Desprejuicio
La postura del autor es bien criticable, ya que es una postura bastante excluyente. Por ejemplo en la salud corporal está básicamente excluyendo a toda persona que tenga alguna dificultad, y aunque es cierto que no se puede confiar en el gusto de un sordo frente a la música, no es cierto en todos los casos. The intouchables, la película francesa del 2012, presenta un hombre cuadrapléjico que aún con su discapacidad tiene un buen gusto, la música, la comida, el arte, ente otros.


 

 En cuanto a la plenitud mental, es cierto que no todo vale, pero es también excluyente, por ejemplo, Van Gogh con sus dificultades mentales, como epilepsia, ataques psicóticos y delirios, aún pudo lograr ser uno de los artistas más fuertes post-impresionismo. Muchas veces ese lío mental si afecta la manera en la que la persona desarrolla su gusto, sino que lo puede llevar a ver otro tipo de cosas y de gustos, que no son malos necesariamente.

Experiencia y conocimiento van de la mano, pues el autor propone que para desarrollar un buen gusto una persona debe: viajar para conocer diferentes tipos de arte, y por consiguiente conocer diferentes tipos de belleza para así poder comparar, y además debe poseer un conocimiento (que Rorty aclaró después no como conocimiento teórico sino como plasticidad mental que se logra a través de la lectura) para así lograr el último, y más defendible criterio mínimo, el desprejuicio.

Esta postura intenta cerrar los gustos y ponernos a caminar en una línea recta, como con los ojos tapados, y tener completamente claro lo que nos gusta, cerrarnos a nuevos tipos de fenómenos artísticos. Una postura que puede ser fuertemente criticada, ya que parte de tener ese buen gusto es estar abierto a todo, independientemente de lo que sea, pero que éste sea bien argumentado y presentado, que sea estéticamente valioso.

Conclusiones

De este curso, me gustaría presentar unas conclusiones:

  1. La imagen que tenía del arte era extremadamente simple, se queda simplemente en la primera impresión y muchas veces en la destreza que la técnica implica. Ahora he aprendido que es necesario indagar más en cualquier obra para conseguir una apreciación más completa, y por lo tanto, más deseable.
  2.  Estaba cerrado totalmente a lo que yo en un momento creí un buen gusto. Definitivamente no tengo buen gusto aún, pero entre en un proceso de depuración del mismo, ahora con unas bases mucho más sólidas, aunque no definitivas.
  3.  El acercamiento al arte fue difícil en un principio, pues nunca me interesé en realidad por esta, en muchos momentos me sentí inútil y hasta incapaz, por eso mismo, aproveche al máximo lo que aprendí en el transcurso del semestre y salgo con una visión del arte un poco más completa, insisto, no necesariamente buena todavía, pero por lo menos con muchas más bases y un factor teórico mucho más fuerte.
  4. He evaluado de nuevo mucho de lo que a mi aparentemente me gustaba respecto al arte, y ahora considero necesario indagar mucho más acerca de las obras antes de saltar a conclusiones, por lo que me he vuelto más cuidadoso en cuanto a lo que digo de una obra.
  5. La lectura es muy importante, independientemente del campo en el que se desarrolle una persona, buena literatura siempre tiene consecuencias positivas.